En esta época de tan rápida evolución en todos los ámbitos de nuestra vida, también el modo en que nos planteamos la búsqueda de empleo se ve sometido a fuertes cambios, que tienen mucho que ver con el nuevo papel que juegan las redes sociales y la inmediatez de sus comunicaciones. De esta forma, también se ve afectado el primer paso que siempre debemos dar para esta búsqueda de empleo, es decir, la redacción de nuestro CV de manera que seamos capaces de mostrar a todo el mundo la formación académica, cualidades profesionales o experiencia que poseemos, o todas ellas a la vez.
Las redes sociales ofrecen la posibilidad de que las personas concentren toda la información que les atañe y la pongan a disposición de las personas a las que les pueda interesar, incluyendo información de actividades, preferencias, imágenes, etc. Esta facilidad permite que el uso de estos instrumentos, especialmente LinkedIn y otras similares, por centrarse en la faceta laboral y profesional de sus usuarios, sea imprescindible a la hora de poner en valor nuestro currículum.
Todos somos conscientes del modo en que estos vehículos se han impuesto a la hora de buscar un trabajo, pero también hay que reconocer que esta nueva forma de hacer las cosas permite ser mucho más creativo e innovador a la hora de diseñar el currículum y de enfocar sus contenidos.
Así, gracias a Internet y a diversas aplicaciones, se puede hacer un currículum con diseños muy originales y que destaque, o incluso descargar una plantilla de CV que ya cuente con ese diseño impactante sin necesidad de ser un experto. Pero hemos de tener mucho cuidado, porque hay ejemplos que son extremos, y no es conveniente llegar a ellos porque puede resultar contraproducente.
Encontrar el equilibrio entre diseño y practicidad en el currículum
Por ejemplo, para alcanzar esos niveles de diseño, los candidatos más jóvenes empiezan a utilizar Instagram, a través de lo que se conoce como ‘Instagram Vitae‘, como una de las herramientas a través de las que innovar y personalizar el currículum, llegando a sofisticarlo enormemente desde el punto de vista visual.
Otro fenómeno está relacionado con Twitter, y se denomina Twesume. Se basa en la posibilidad de resumir el currículum en los 140 caracteres típicos de esta red social, lo que demostraría la capacidad de síntesis y la creatividad del candidato a la hora de ‘contarse’ a sí mismo.
En realidad, la utilidad de estas herramientas nuevas se basa en el énfasis que se puede poner en las palabras clave del CV que se desea utilizar y en el poder emocional de las imágenes. Estamos de acuerdo en que el currículum tradicional es muy rígido y resulta tentador ser más creativo para diferenciarse de los demás. Pero corremos el riesgo de pasarnos y acabar restando efectividad a nuestro currículum, al alejarnos de su funcionalidad esencial. Entonces, ¿dónde está el equilibrio?
No olvidemos que los reclutadores necesitan la información que un buen currículum tradicional ofrece, porque ese es su papel esencial en el proceso de selección, que ha de basarse en los datos objetivos aportados por el candidato para evaluar su idoneidad. En realidad, salvo determinados empleos, lo que buscan no son ‘artistas’, sino buenos profesionales para cada perfil.
El equilibrio deberíamos encontrarlo en un currículum serio pero sencillo, y basado en palabras clave que definan bien al candidato, aportando tu creatividad si es posible, aprovechando por ejemplo las herramientas que hemos comentado.
La conclusión es que la utilización del diseño creativo aplicado a la elaboración del currículum puede ser muy positiva, pero realizada con cuidado y moderación. Y, sobre todo, habrá que tener muy en cuenta el perfil del puesto al que nos presentamos y el sector al que pertenece la empresa.