La capacidad, la habilidad y la competencia son un compendio de aptitudes que las personas podemos llegar a tener, y entre ellas pueden guardar un estrecho vínculo.
Sin embargo, a pesar de que este grupo de aptitudes se encuentran más o menos relacionadas entre sí, en realidad son conceptos diferentes que no siempre utilizamos adecuadamente, y se confunde uno con otro con frecuencia. Por esta razón, cuando se redacta el CV y se pretenden incluir estas aptitudes en él, hay que tener mucho cuidado para no confundir los términos.
Para que no resulte difícil entender cuáles son las diferencias esenciales entre capacidades, habilidades y competencias, vamos primero a explicar qué significa cada una de ellas, para facilitar un uso correcto de estos términos en el currículum y en el ámbito de la gestión de los RRHH, y después exploraremos sus principales diferencias.
Las capacidades del currículum
Una capacidad es la aptitud con la que cuenta cualquier ser humano para llevar a cabo una determinada tarea. Es posible decir, por lo tanto, que todas las personas están capacitadas para realizar con éxito alguna actividad o tarea.
La capacidad está constituida por una serie de herramientas que forman parte de nuestra naturaleza. Al final, es un proceso por el cual se reúnen las condiciones para aprender diferentes campos de conocimiento.
Las habilidades
Hacen referencia a la destreza, rapidez o facilidad para realizar cualquier actividad, de modo que podemos decir que alguien es hábil cuando realiza una actividad de forma exitosa gracias a su destreza, adquirida mediante la práctica, y usando su propia metodología o unas técnicas específicas.
De esta forma, también existen diversos tipos de habilidades, como la cognitiva, las habilidades matemáticas, sociales, comunicativas o profesionales. Una habilidad puede ser innata o adquirida mediante la práctica, aunque habitualmente suelen ir combinados ambos tipos.
Las competencias del CV
La palabra proviene del latín “competentia”. Se refiere a la capacidad real y medible de alguien para la puesta en práctica de una actividad concreta. De modo que cuando se dice que una persona es competente quiere decir que puede realizar con éxito y cuando sea necesario una determinada actividad.
Ahora que las hemos acotado vamos a conocer sus principales diferencias.
Las diferencias entre capacidades, habilidades y competencias
Hemos escogido este orden no por casualidad, sino porque en realidad son conceptos sucesivos -siguiendo ese mismo orden- de una misma aptitud. Son como capas superpuestas en cuyo centro se encontrarían las capacidades, en medio las habilidades y por fuera las competencias. Así entenderemos mejor sus diferencias.
Si partimos de la capacidad como la aptitud con la que cuenta cualquier ser humano para llevar a cabo una determinada tarea, la habilidad aparece cuando una capacidad se pone en práctica con destreza, rapidez o facilidad.
En realidad, la habilidad consiste en poner en práctica una capacidad, como si fuera una evolución positiva de una capacidad que ya se posee y que se desarrolla mediante el entrenamiento o la práctica continuada. De esta forma se mejora paulatinamente el desempeño de esa tarea. La habilidad es posterior y se superpone a la capacidad, desarrollándola y poniéndola en práctica.
Por su parte, las competencias son la medida de nuestras habilidades, el grado en que estas se han desarrollado, de modo que la competencia requiere habilidad y haber demostrado que esta se posee en un grado alto o superior al estándar. Podríamos decir que la competencia hace a una persona competente, la habilidad no.
De este modo, y dando la vuelta a la secuencia, la competencia moviliza o pone en acción un conjunto integrado de habilidades, que se han adquirido mediante la práctica sobre la base de una capacidad que la persona posee sobre una tarea o actividad determinada.
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