Experiencia laboral

La experiencia profesional es uno de los primeros aspectos en que se fijan los responsables de un proceso de selección de personal cuando leen un currículum, por lo que no puedes descuidarla al hacer un CV. En muchos casos es un apartado que sirve como primer filtro, ya que aquellos currículums que no acreditan una experiencia mínima son descartados automáticamente si el puesto en cuestión requiere un determinado grado de experiencia laboral en el sector.

Incluso en aquellos casos en que el bagaje profesional no es determinante para cubrir un puesto de trabajo concreto, lo cierto es que acumular más experiencia que otros candidatos te dará puntos para conseguir el empleo que deseas. Ya lo sabes: cuanto más azúcar, más dulce, como se suele decir.

De ello se desprende que la experiencia profesional es uno de los aspectos com más peso de un currículum vitae. Tenlo en cuenta cuando prepares tu currículum y cuida mucho la redacción de este apartado.

La pregunta que automáticamente nos surge es dónde vas a situar la experiencia profesional en tu currículum vitae. Está claro que ha de ser uno de los primeros apartados, ¿pero en qué posición? Pues bien, puede ir en segundo o en tercer lugar, es decir, justo a continuación de tus datos personales y de contacto o después de tu formación académica, respectivamente.

Como en tantos otros aspectos, será tu propio perfil el que determine dónde ubicarás tu experiencia: la pondrás en segundo lugar después de tus datos de contacto si quieres que resalte tu amplia experiencia profesional; por el contrario, colocarás tu experiencia en el tercer lugar del podio si quieres que primero reluzca tu estupenda y muy adecuada formación para el puesto (esto es especialmente útil en aquellos casos en que no se dispone de mucha experiencia relacionada con el puesto).

La ubicación de tu experiencia profesional también puede depender en cierto modo del modelo de currículum que utilices: algunos modelos optan por indicar la experiencia laboral justo a continuación de los datos personales y otros después de la formación académica.

Nuestro consejo es que elijas uno u otro orden en función de aquello que más te interese destacar y que, en cualquier caso, te preocupes por redactar adecuadamente tu experiencia profesional, de forma que de un vistazo quede muy claro dónde has trabajado, durante cuánto tiempo, qué labores has desempeñado en cada empleo y qué habilidades y competencias has desarrollado y puesto en valor en cada uno, siempre enfocándolo al perfil que los empleadores están buscando.

A continuación aprenderemos a plasmar todos estos aspectos en el currículum.

¿Cómo se redacta la experiencia profesional en el CV?

La forma más habitual de plasmar la experiencia profesional en el currículum es indicar el nombre de la empresa en que hemos trabajado, el cargo que has desempeñado y el periodo que ha abarcado el empleo en cuestión. Hasta no hace mucho era un sistema muy útil que a los reclutadores les funcionaba muy bien.

No obstante, en la actualidad las empresas están muy preocupadas por conocer las habilidades y competencias que los candidatos han puesto en juego en cada puesto que han desempeñado, por lo que esta fórmula se está quedando obsoleta por lo escueto de su planteamiento.

Lo más recomendable es que al redactar tu experiencia indiques, junto a cada empleo en el que has trabajado, una descripción ajustada de las tareas que has desempeñado y de las habilidades que necesitaste poner en práctica para realizar tus funciones.

Cuando tocamos el tema de cómo hacer un currículum dijimos que es fundamental que sea breve, conciso y de una longitud de alrededor de un folio en formato din-A4, y lo mantenemos. Así que vas a tener que sintetizar toda esta información para que tu currículum no sea largo y farragoso.

Para ello, cuando hables de tu experiencia profesional céntrate en aquellos detalles que realmente están relacionados con el sector y la oferta de trabajo que te interesa. También puedes ahorrar espacio evitando describir aquellas empresas muy conocidas en las que hayas trabajado, cosa que sí deberás hacer con aquellas que no tienen una trayectoria muy destacada o longeva.

De todos modos, la descripción de una empresa no debería pasar de media línea, indicando brevemente la actividad a la que se dedica. Hecha esta descripción, detalla las funciones que realizaste y cuáles fueron tus objetivos profesionales y responsabilidades en dicho empleo.

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Y ahora llega la pregunta de oro cuando afrontas el momento de redactar la experiencia laboral: ¿en qué orden colocarás los diferentes empleos que has realizado? 

Puedes hacerlo de dos maneras bien diferenciadas:

  • Por orden cronológico, listando los diferentes empleos que se han realizado ordenados en el tiempo. Hay candidatos que empiezan describiendo su primer trabajo, pero esto es un error: las empresas quieren conocer qué eres capaz de ofrecer hoy en día, observando tu evolución laboral a lo largo de los años teniendo en cuenta qué responsabilidades has ido asumiendo. Por eso es más conveniente usar el orden cronológico inverso, colocando en primer lugar tu experiencia profesional más reciente y terminando con la primera que desempeñaste. Así, tu experiencia profesional más completa es lo primero que verán y llamará su atención.
  • Resaltando la experiencia profesional que puede resultar interesante para la empresa, dejando el orden cronológico a un lado. Te centrarás en explicar cómo la experiencia que destacas en ese punto aporta valor al puesto al que optas. Suele ser una fórmula bastante recurrida por aquellos perfiles que acumulan largos periodos sin trabajar ni formarse, o cuya experiencia no guarda relación alguna con el empleo buscado, por lo que no siempre es un formato de currículum exitoso. Si te encuentras una situación similar, con temporadas largas sin formación ni experiencia laboral, y optas por esta forma de presentar tu experiencia, asegúrate de que aquella experiencia que colocas en primer lugar sea realmente impresionante en términos de renombre, duración o logros, y que conlleva un gran número de responsabilidades, habilidades y competencias íntimamente relacionadas con el puesto que se quiere cubrir.

Por otra parte, ¿tu currículum debe abarcar toda tu experiencia laboral? Esto en algunos casos es sencillamente imposible puesto que el candidato posee un bagaje de empleos realmente vasto que no cabe en la longitud habitual que debe tener un currículum, algo muy habitual es trabajadores con una larga trayectoria o que han encadenado muchos trabajos de muy corta duración.

Aquí se te presentan dos soluciones: una es filtrar tus empleos anteriores, quedándote con aquellos que están directamente relacionados con la vacante que te interesa; una vez tengas esta selección en la mano, si aún es muy extensa elimina aquellos puestos en los que las funciones que desempeñaste eran exactamente las mismas que en otras empresas más relevantes, priorizando además aquellas que sean más recientes.

La otra solución es eliminar de tu currículum aquellas experiencias más breves, puesto que algunos reclutadores las asocian a trabajadores poco cualificados o con falta de compromiso hacia la empresa.

Antes hemos mencionado aquellos casos en que no se dispone de demasiada experiencia profesional. Pues bien, este caso es el más habitual cuando hablamos de titulados recientes o personas que aún no han terminado sus estudios.

Si es tu caso, te interesará saber que las prácticas que realices o hayas realizado durante tus estudios se consideran también experiencia profesional, por lo que puedes incluirlas en este apartado sin olvidarte de indicar que se trata de prácticas curriculares, es decir, aquellas que realizas en empresas durante tu formación académica.

También debes reflejar en tu CV las prácticas extracurriculares, aquellas que realizas después de terminar tus estudios o durante los mismos, pero desvinculadas de la entidad formativa. Para muchas personas estas prácticas representan la primera toma de contacto con el mundo laboral y son muy bien valoradas por los reclutadores, puesto que transmiten proactividad por parte del candidato: no forman parte de ningún plan de estudios.

Es el recién titulado el que las busca en empresas a través de programas de inserción laboral para poner en juego lo aprendido en sus estudios. Si las has realizado no dudes en indicarlo en tu apartado de experiencia laboral. Las empresas las tendrán aún más en cuenta si las has llevado a cabo en organizaciones de prestigio, pero no olvides que el factor clave es la relación de estas prácticas con el sector y puesto por el que compites.

Si has realizado alguna actividad de voluntariado o una estancia en el extranjero, refléjalo en el apartado de experiencia profesional si no dispones de una trayectoria muy amplia en el mercado laboral, de forma que destaques habilidades y competencias que puedan ser útiles para el puesto que estás buscando.

Coloca estas actividades en un apartado distinto, como el de información adicional, si por el contrario tu experiencia laboral ya es destacable.

Finalmente, tienes la opción de reflejar en tu CV experiencias laborales desempeñadas en el negocio familiar o sin haber cotizado a la seguridad social ni pagado los correspondientes impuestos, una experiencia esta última que tampoco se reflejará en tu vida laboral.

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Podría pensarse que es mejor no incluirla en el currículum por si no genera la suficiente credibilidad en el reclutador, aunque es posible que se trate de una experiencia valiosa en cuanto habilidades aprendidas y funciones desempeñadas, en cuyo caso no estaría de más que figure en tu CV.

Consejos para redactar tu experiencia laboral en tu currículum

Estamos seguros de que agradecerás unos cuantos consejos para redactar el apartado de experiencia profesional de tu currículum vitae, así que aquí van estas pautas que a su vez son un resumen de lo que hemos comentado hasta ahora:

  • Aporta de manera clara y concisa la información esencial de los empleos que indiques, como la denominación del puesto, la empresa y la duración. Así mismo, describe con concisión a qué se dedica cada empresa en la que has trabajado (a no ser que sea archiconocida), qué habilidades has desarrollado en ella y cuál fue tu responsabilidad. Y lo más importante: indica los logros que alcanzaste, describiéndolos brevemente. Esto redondeará este apartado del CV y puede inclinar la balanza a tu favor.
  • Mucho más importante que haber trabajado en empresas de renombre es qué experiencia laboral has acumulado, puesto que dará cuenta a los reclutadores de los conocimientos que has adquirido a lo largo del tiempo. Eso es lo que más valorarán, así que no te preocupes si no has trabajado en empresas de primer nivel o prestigio. Lo que cuenta es qué has aprendido en ellas que puedas aportar a tu nueva empresa.
  • Incluye solo la experiencia que aporte valor al puesto de trabajo al que te presentas, pertenezca o no dicha experiencia al sector laboral de la oferta de trabajo actual, e independientemente de su duración. Por ejemplo, puede que hayas trabajado anteriormente en una empresa durante apenas dos meses, pero esta experiencia tal vez sea la única en la que utilizaste esa herramienta o programa que ahora solicitan en la oferta de empleo a la que aplicas. En tal caso incluye esta experiencia sin falta. Del mismo modo, no incluyas en el apartado de experiencia profesional un trabajo de duración muy prolongada que nada tiene que ver con esta oferta en cuestión, salvo que no puedas cubrir su vacío en el CV con formación relacionada u otras actividades interesantes para el puesto actual. Si consideras que es importante incluirla para no dejar un vacío evidente en tu historial profesional, busca la manera de relacionar esta experiencia con el perfil de la oferta, incidiendo en aquellas habilidades comunes necesarias para desarrollar ambos trabajos por muy opuestos que sean.
  • Con respecto a los periodos vacíos de experiencia en el currículum, ten en cuenta que si has estado formándote durante una temporada es normal que en dicho periodo no puedas mencionar ninguna experiencia laboral destacable.
    Periodos de formación

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    Los reclutadores comprobarán estos periodos formativos en el apartado de formación y sabrán rellenar con ellos los correspondientes huecos en tu expediente profesional. Si no quieres que quepa ninguna duda al respecto, aprovecha la carta de presentación que adjuntes al CV para explicar por qué en determinadas fechas no aparece ninguna experiencia profesional concreta.

  • Finalmente, puede resultar muy interesante que junto a cada experiencia que reflejes indiques una referencia para que el responsable de RRHH se informe sobre ti. Para ello, pide permiso en tu anterior trabajo para indicar sus datos de contacto con vistas a una posible consulta de tu perfil por parte de tus reclutadores actuales.

Siguiendo nuestros consejos serás capaz de redactar tu experiencia profesional de una manera directa, clara y atractiva, algo que aupará tu currículum por encima del de otros candidatos y te facilitará el acceso a la entrevista de trabajo.

Si sigues teniendo dudas sobre cómo organizar tu experiencia en el currículum visita nuestras plantillas de CV y navega por los diferentes formatos de currículum, cada uno con su propia estructura de experiencia profesional, de los que seguro obtendrás valiosas ideas.